Capítulo 17

Imaginaran como está mi cara, y yo: echo sopa...

Lugar: La entrada de tu casa.
Narrador: Omnisciente.

-Bill? — Sentiste tu corazón latir más rápido, y un impulso te indujo a abrazarlo, pero no lo hiciste, te concentraste en no dejarte llevar, por más que lo ames, no puedo tratarte como se le antoje — A qué vienes?
-Quiero pedirte disculpas… — Mmm… jajá seré malvada. Cerraste la puerta en su cara pero Bill instantáneamente puso el pie entre la puerta y el marco de esta — Auch. Mira yo…
-¿Quién es hija? — preguntó tu madre desde el living.
-Un amigo ma’ — respondiste volviendo a fijar la vista en el piso, no en Bill.
-(Tu nombre)… — repitió Bill.
-Pero dile que pase hija, ¿cómo tan así? Mira como llueve y tú dejando a tu amigo afuera — volvió a interrumpir tu madre.
-Ya mamá — dijiste regaándola y abriendo completamente la puerta — ya la oíste, pasa — e hiciste un gesto con la mano.
-Gracias — dijo Bill saludando a tu madre con la mirada mientras tu cerrabas la puerta — Ahora sí, (Tu nombre), por favor discúlpame, haré lo que sea para que me perdones, se que fui un tonto pero sabes lo celoso que soy.
-¿Y si sabes porque no te controlas? ¿ah? — cuestionaste molesta.
-No lo sé, estaba… estaba cegado, porque moriría si te alejan de mi, si te llevan, yo… sabes que te amo. Prometo… prometo controlar mis celos.
-Me dañaste Bill — dijiste con lágrimas en tus ojos — no estuviste en mi lugar todas las veces que me ignoraste, todas las veces que necesité de tu calor, cuando mi corazón quedaba afónico tanto gritar tu nombre — secaste la gota que se deslizaba por tu pómulo, calmándote un poco — Sé que… no fue mucho tiempo… pero unas horas, unos días sin ti. No… tal vez no sin ti, si no que, sabiendo que estás enfadado conmigo se hacen eternas, infinitas. El no oir tu voz, es mejor que oírla furiosa, y lo peor: furiosa por mi culpa.
-Lo sé, no creí que… te sentirías tan mal (Tu nombre)… Podrías mirarme al menos? Por favor…
-No puedo Bill.
-Por favor mírame — lo miraste alterada vociferaste.
-¡no puedo!, eres muy inteligente bill, sabes que si te miro caeré rendida a tus pies y no habrá más vueltas al tema, te saldrás con la tuya — lo miraste a los ojos, él estaba muy triste, retenía lágrimas de dolor.
-Realmente lo siento.
-Otra oportunidad, ¡otra oportunidad!
-¡Mamá! — la regañaste — ¿puedes dejarnos solos un minuto? — tu madre asintió y se retiró por el largo pasillo — ¿y entonces?
-Prometo no ser celoso, ¡te lo prometo!, pero por favor perdóname.
-No necesitas ser celoso, sabes que no podría dar más que un beso sin sentirme sucia y podrida por dentro — lo besaste lenta y suavemente, parecido a un topón largo, que fue intensificándose, pero siempre sin lujuria.
Ambos cayeron ligeros al sillón, sin separarse, abrazados, así un extenso rato.
-Lo más reconfortante es volver a sentir tu llama interior, que vuelva a encender la mía, juntas causan…
-¿Incendios? — completaste pícara.
-Exacto. Llamita — señalo tu corazón — más mi llamita — apuntó su corazón — Igual a incendio forestal con huracanes
-Y soles.
-Eso es sólo el comienzo jajá.
-¿Planeas el fin del mundo? — dijiste como niña buena.
-Puede ser. El dominio total del mundo — dijo con su mano en la frente tipo “saludo militar”.
-Tú serás el rey.
-Y tú mi reina — te besó — por cierto la más tierna, inteligente y hermosa.
-¡Billo! — sentiste tus mejillas arder y ocultaste tu rostro en su pecho.
-O vamos, debes mostrarte al mundo Cleo, para que todos admiren tu belleza.
-Cleopatra no era bella, era puro maquillaje y cirugías plásticas.
-Dime en dónde operaban a Cleopatra, ¿en una pirámide?
-Sabían todo sobre el cosmos y el más allá, logicamente tenían clínicas.
-Dime qué sería el más allá.
-¿Por qué tantas preguntas?
-¿Por qué tan pocas respuestas?
-Bueno, el más allá es… — luego susurras en su oído — es nuestro más acá — con un tono sensual frotaste tu pelvis contra su entrepierna.
-(Tu nombre)… — dijo Bill riendo.
-Es verdad. Los mayas también lo sabían, construían máquinas del tiempo y ellos grabaron el video del programa de Richie. Si no me crees allá tú.
-Estás loca amor — te besó.
-Y por eso me amas ¿verdad?
-Sí — dijo mordiendo tu labio.
-Ahora te presentaré formalmente a mi madre — Ups, Bill quedó a cuadros. Creo que no tuve que haber dicho eso. Pensaste alegre.
-¡Lo tenías planeado! Yo lo sé, lo presiento. Es un complot maligno en mi contra — se paró de un salto y se arrodilló ante ti — déjame ir, te lo suplico.
-No dramatices Bill jajá.
-No le digas.
-¿Decirme qué? Si ya lo sé todo, las paredes no son a prueba de ruidos — dijo tu madre — ¡pero mi yerno está pálido! (Tu nombre y segundo nombre) alimenta a tu futuro marido.
-Mamá… jajá.
-Nada de… — imitando tu voz: — mamá… aliméntalo que se te va a desmayar, mira, está flacucho.
-Mucho ejercicio mamá — dijiste guiñando el ojo a Bill.
-Mmm… para navidad ya sé que les voy a regalar, porque no quiero nietos accidentales todavía.
-¡¿Qué?! — dijo Bill casi sin aliento.
-Así es mi madre Bill, acostúmbrate a tu “suegri” — dijiste con una sonrisa maléfica.

Lugar: Casa de los Da Silva.

-¡Fran! — dijo el bajista golpeando salvajemente la puerta — ui que tiene el sueño pesado. ¡Fran!
-¿Qué quieres? — dijo esta parada en la puerta molesta.
-Bueno… este… yo — sonrió.
-Ay que eres tierno, pasa — dijo abriendo la puerta.


Aquí está tu capítulo mapa c: Te adoro papá, oie!! Tal vez el próximo año me vaya al conce, o a mitad de este todavía no sé xd Comenten! :3