Capítulo 18

-Ay que eres tierno, pasa — dijo abriendo la puerta.
-Gracias, lindo pijama jajá — rió Georg.
-Deja mi conejito — dijo Fran haciendo pucheros — Oye, ¿iremos a la casa de Fede?
-Claro, lo había olvidado.
-Tú! ¿Olvidaste a la Fede? ¡El 2012 se nos adelantó al 2011!
-Ash — replicó Georg molesto — Oye yo te espero abajo. Te prepararé el desayuno.
-¿Has tocado una cocina en tu vida? — preguntó Fran asombrada.
-Para hay una primera vez, ¿no? — dijo Georg triunfante.
-No quiero morir con un desayuno experimental, ¿ok? — dijo a modo de regaño.
-¡Ok! — dijo Georg mientras bajaba a la cocina.
-Moriré — susurró Fran cerrando la puerta de su cuarto.

-¡Vamos come tu desayuno! — dijo el bajista muy alegre.
-Ok — balbuceo Fran resignada — ¿qué es?
-Comida. Ahora come.
-Mmm… Bomba atómica con veneno de ratas. Mi favorito Georg, ¿cómo supiste?
-Sólo pruébalo, que me costó hacerlo — esta le hizo caso.
-No está malo, podrían vender esta cosa en los restaurantes.
-¿Esta cosa? — dijo Georg alzando una ceja.
-Digo… esta maravilla para el paladar — sonrió, se levantó y corrió al baño a cepillar sus dientes.

-Estoy nervioso.
-No te preocupes jajá — lo calmó Fran.
-Hola Fran y… ¿Georg? — dijo extrañada y molesta la rubia.
-Hola Fede — respondió abatido.
-Que mala — susurró Fran.
-¿Qué mierda estás haciendo aquí? — cuestionó Federica furiosa.
-Sólo quería verte — dijo tímido.
-Ok, ya lo hiciste, lárgate de mi casa.
-¿Y cómo va tu relación con Robert? — una lágrima se deslizó por el rostro de Federica, hasta desaparecer al caer de su mentón.
-El muy puto me engañó con una mariquilla. Ahora fuera de mi vista idiota — sentenció cerrando la puerta en la cara de Georg, este estaba triste y enojado.
-¿Sabes qué? Ya me da igual lo que haga la muy hueca —vociferó cabreado.
-Me da rabia cuando trata así a las personas, con las mejores intenciones vienes a verla y te manda a la cresta.
-Ya no importa — dijo Georg seguro.
-Si importa, no tiene ningún derecho… huy, no se puede tratar con ella.
-En serio, no importa, vamos Fran — ordenó Georg tomándole del brazo cuando caminaban a la casa de esta. Pero la castaña se partió de la risa — y ahora qué tienes? Jamás entenderé a las mujeres.
-No es que… es muy cruel jajá.
-¿Qué cosa? Jajá — preguntó el de pelo lacio sin comprender — ¿Tengo algo en la cara?
-No, es que… pensé que me das pena tan sólo jajá. Perdón.
-Já-já, tú también estás sola.
-No lo creas, aun si quiero tengo a Tom, es más, lo iré a ver cuando vuelvan a Los Ángeles — dijo saltando. Georg sólo miro al piso, sin contestarle — no te sientas mal, ya encontraras a alguien.
-No es eso, es…
-¿Qué?
-Desde que… no te enojes — Fran asintió desentendida — desde que te fuiste Tom se ha acostado con muchas chicas, hasta ha intentado meterse con (Tu nombre) — la vista de Fran se inundó de lágrimas que no la dejaban ver, poco a poco se precipitaron por sus pómulos.
-El no me haría eso Georg… No… ¡estás equivocado! — comenzó a correr las pocas cuadras que quedaban hasta su casa.
-Fran espera — entonces el famoso ve que un auto venía hacia ella — ¡¡cuidado!! — vociferó y le agarró firme del brazo. Esta quedó inmóvil, pero enseguida cayó sentada en el piso abrazando a Georg — ya, tranquila, Tom es un idiota, no sabe a la gran chica que pierde, eres divertida, buena onda, eres linda y casi estás sana de la cabeza jajá.
-¡Georg! Jajá. No es cierto.
-¿Cómo que no? — rió — sólo mírate, estás sentada a mitad de la calle riendo… Loca.
-No estoy loca, mi perro me lo dijo
-Acaso no ves, los perros no hablan, eso es otra prueba de que estás loca.
-Gracias Georg — lo abrazó hundiendo su rostro en el cuello del bajista.
-De nada. No quiero verte sufrir por ese mujeriego — dijo el castaño acariciando su mejilla — Ahora entremos a tu casa — dijo cuando la levantaba.
-Bájame — gritó entre risa y pataleos.
-Noo, es mi deber como buen ciudadano encerrarte con una camisa de fuerza.
-O sea, que… ¿todo fue un truco?
-Sip, y caíste redondita — dijo arrojándola en su cama.
-Me las pagarás Listing.
-¿Ah sí? ¿Cómo? — acto seguido Fran lo tomó de la polera empujándolo en la cama.
-¡Ríndete!
-Un capitán se hunde con su nave.
-No eres ningún capitán jajá.
-No me importa, no me rindo.
-Entonces haremos un trato — Georg asintió — si usted me ayuda a destruir al Kaulitz mayor, lo dejo libre.
-Hecho jajá.
-Esto es serio Listing. Es de suma importancia encontrar un chico: sensible… ¡Anote Listing!
-Si mi señorita jajá — y simuló sacar una libreta de apuntes.
-Repito: sensible, comprensivo, alegre, gracioso… fiel… — sonrió — ¡Listing!
-¿Qué? — Fran lo observó detenidamente a los ojos — ¿de nuevo tengo algo en la cara? — dijo dando un manotazo en su nariz.
-No… — susurró posando ambas manos en los respectivos hombros de Georg, al mismo tiempo que lo empujaba sutilmente hacia atrás, el bajista cayó de espalda en la cama, Fran acortó la distancia entre sus rostros y lo besó de manera tierna.
-Fra-Fran yo… — tartamudeo Georg.
-Ah… no fue mi intensión, sólo… — pero no terminó ya que el castaño se le abalanzó encima y la beso esta vez más seguro.
-No necesitas decir nada…
-Al parecer no — dijo, y a pesar de ser medio día ambos cayeron dormidos intercambiando miradas.


Bueno subo porque se lo prometí a la andy, porque es la única que me comenta :B